ENTRE FICCIÓN Y CERTEZA

Mario Chávez Campos: escritor con bata blanca

Por Gabriela Serralde

Médico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, descubrió que otra manera de ayudar a la gente es mediante la escritura. Acercar a los lectores, información en forma de literatura para enriquecer el pensamiento, el conocimiento del hombre, contribuir a la reflexión sobre nuestro contexto social.

“Trato de visibilizar aquellas cosas, aquellas minorías que la gente no ve de manera cotidiana”.

EntrevitaEn los últimos años ha escrito cinco libros. Sus obras remiten a problemas urgentes de solución, aunque quizá endémicos, como la realidad de los migrantes o la disputa entre ellos: “en ocasiones, la gente cree por inercia que las personas que deciden cruzar la frontera para ir a los Estados Unidos, sufren más ahí, en la línea divisoria, cuando en realidad la lucha y ansiedad surgen estando ya dentro, por tratar de ganar un puesto, por querer ganar un buen salario”.

Otros temas en sus libros son: las mujeres son explotadas por la industria textil, los campesinos que actualmente siguen peleando por sus tierras o la medicina vista desde la resistencia que las culturas originarias tenían.

“Hay que buscar las frases más simples que digan muchas más cosas que las que la gente normal puede decir”.

La especialidad del médico y también escritor, Mario Chávez Campos, son los temas sociales, el pretender reunir la información necesaria e indispensable, abarcar los temas que sacuden a una sociedad endeble

¿Cree que los escritores deban abordar este tipo de temas?

“Es de las cosas que más he peleado con la gente, yo combino mi actividad social con escribir, creo que la literatura es una herramienta imprescindible para eso, el vehículo de la literatura es muy rico para describir y visibilizar a las minorías.”

Y en ese sentido, ¿aunque la literatura se nutra de ficción, puede aportar más a la reflexión social que el propio periodismo?

“Son datos ficticios, pero construidos a partir de datos reales; uno toma datos duros e históricos y uno va rellenando aquellas cosas que la historia no conservó, de lo contrario no son verosímiles las historias, hay cosas que el lector no se cree tan fácil, entonces se tiene que buscar la manera de poder hacer que cuadren con datos que si fueron ciertos.”

¿Y el periodismo dónde queda?

Creo que una de las cuestiones fundamentales del periodismo, es el rigor sobre el que se traducen datos específicos de un fenómeno dado, la literatura tiene su rigor, pero te da licencia de que uses tú manera de pensar, tú opinión, tal vez faltan más periódicos que tengan dentro de su estructura a escritores o periodistas que realmente hagan periodismo.”

¿Es decir que la responsabilidad entre periodismo y literatura es compartida?

“El periodismo a estas alturas está obligado a escribir cosas contundentes, veraces, atractivas al lector, porque aunque se vendan miles de ejemplares al día, lo único que rescatan los diarios son notas que no informan del todo (…) yo creo que la novela policiaca te permite adentrarte en toda la descomposición social que existe, las redes de corrupción, la mafia con la mejor licencia y es que por más que te acerques a la realidad sigue siendo ficción.”

Mario Chávez Campos tiene una trilogía basada precisamente en estos temas: Una de vaqueros, Muros de sed y Flor muerta;

¿Y los lectores?

Los lectores de periódicos están malacostumbrados, de lo que está ocurriendo en el país a no ser por el cambio del clima, lo demás los tiene sin cuidado: si hay un partido nuevo, si van hacer las elecciones, si el presidente de la República se compró una casa… eso no interesa a los ciudadanos.”

Otra de sus novelas, De cautivadoras a cautivas habla de las mujeres que trabajan en la industria textil: “los enemigos de las mujeres son las propias mujeres, la lucha genérica que se lleva a cabo entre ellas es muy terrible”.

­– México se encuentra en una situación difícil, en estos momentos ¿qué le vendría bien a nuestro país?

“Te diría lo que mucha gente: cambiar al presidente, pero no, pienso que el problema es mucho peor, porque nos han acostumbrado por setenta años que el Gobierno era el que resolvía gran parte de nuestros problemas, la llamada sociedad civil sólo reacciona cuando hay un acto de injusticia; pero no hay capacidad para mantener la crítica y la construcción cuando no hay una coyuntura, no somos capaces de cambiar la realidad nosotros mismos, ya no es cuestión de gobierno sino de lo que nosotros hagamos, pasamos más horas peleando contra el poder que intentando construir desde lo micro, cosas que valgan la pena”.

­– Específicamente…

Ser inteligentes, somos capaces de construir cosas con casi nada, somos muy creativos, pero tenemos que dejar a un lado la individualidad.

Los planes a futuro de Mario Chávez son escribir, escribir y escribir. Prepara un libro sobre los niños que son maltratados en la cuna y son trasladados a centros de apoyo o atención donde llegan a vivir en condiciones peores, escribe otro más sobre de la etapa de Secundaria.

“Un amigo me decía; tú nunca te has tomado en serio la literatura y tal vez tenga razón, tengo muchos proyectos de escribir, yo sería feliz si tuviera un descanso laboral, que me permitieran escribir todo lo que quiero. Mi plan a futuro es conseguir estabilidad económica para escribir lo que yo quiera y publicar lo que tengo guardado”.

¿Cómo qué?

“Me gustaría escribir dos grandes novelas: una sobre el metro de la ciudad de México, sobre el mundo subterráneo, porque siempre me ha maravillado desde que era niño, na ciudad es la que está abajo y otra la que está arriba; y la segunda sobre lo que yo hago en medicina, como cuando un médico tiene la gran ventaja de que la gente te cuente todo lo que vive, lo que siente”.

¿Cuánto tiempo tarda en escribir un libro?

“Es muy relativo, en general cuando me entusiasma algo es como estar leyendo, sólo que tú tienes que escribir. En los libros que he escrito no he tardado más de seis meses, aunque pueda estarlos revisando años, creo que cuando algo va a salir bien, sale casi a la primera, porque si estás trabaje y trabaje los textos, pierden su frescura, eso para mí ya no es literatura.”

¿Por qué escribe?

“Necesito escribir para entenderme. No podría vivir sin escribir.

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