Aguas termales, sanación y bienestar ancestral

Por: Citlalli Lemus

Michoacán cuenta con inumerables recursos naturales, entre ellos el agua termal. Los yacimientos1 de estas aguas se encuentran en muchas zonas del estado, como Ciudad Hidalgo, Zinapécuaro, Araró y Puruándiro, entre otras.

Estas aguas son ricas en muchos componentes minerales debido a que proceden de capas subterráneas a una temperatura mayor a la de la superficie. La mayoría de los yacimientos se encuentran en zonas que presentan fallas geológicas, pues esto facilita su salida a la superficie en forma de vapor o agua caliente. En algunas de las ocasiones formando geiseres.

No todos los nacimientos de aguas corresponden a “aguas termales”, en realidad, el nombre está relacionado con su clasificación por temperatura. Las aguas frías son aquellas menores a 20°c, las templadas van de los 20 a los 30°c, las termales de los 30 a 40°c y finalmente las hipertermales que cuentan con temperaturas arriba de los 30°c. Esta es una forma sencilla de clasificar, sin embargo, los especialistas suelen catalogarlas mediante la valoración de sus propiedades químicas.

Propiedades terapéuticas y estéticas

Personas que viven en lugares cercanos a estos yacimiento2s, o termas, utilizan estas aguas con fines curativos, de relajamiento y hasta reafirmantes para la piel.  Las emplean para baños terapéuticos, inhalaciones y algunos de ellos hasta las beben.

La señora Margarita, originaria de Puruándiro, ha vivido cerca de los “hervideros” desde su niñez, y nos cuenta que, desde muy chica, su madre la utilizaba cuando tenía algún dolor muscular, e incluso después de una fractura que tuvo acudía a estos lugares para extraer agua y posteriormente en casa depositarla en tinas, sumergirse en ellas y mover poco a poco el pie, esto claro, después de que le fue retirado el yeso del tobillo.

Nos refirió también la enfermedad que su padre tuvo, la cual lo obligó a quedar inmóvil en cama por más de 5 meses. Enfrentarse a permanecer tanto tiempo recostado, atrofia los músculos y provoca hematomas en las partes más agraviadas con el peso. Margarita, utilizaba estas aguas para proporcionarle a su padre relajamiento y movilidad en las articulaciones. “Siempre notaba mejoría después de estos baños”, comenta segura.

El agua, y en especial las termales, desde nuestros ancestros se han utilizado para restablecer o cuidar la salud. Sin embargo, con el paso del tiempo, la ciencia y las nuevas tecnologías han logrado establecer parámetros en los cuales se puede utilizar el agua para aprovechar sus propiedades físicas con objetivos ter3apéuticos. Y es así como en la actualidad se siguen utilizando los agentes hídricos para tener algunos beneficios en la salud, nos explica el terapeuta Jorge Enriquez.

Eduardo juega en un equipo de Futbol en Puruándiro y nos relata que hace tiempo sufrió un desgarre de segundo grado, por tal motivo se suspendieron sus entrenamientos y se sometió a un tratamiento médico. Meses después aún sufría de dolores, por lo que consideró hacer uso de las aguas termales. Con la constancia los malestares desaparecieron.

Cómo actúan

La doctora  Cynthia López Sánchez nos explica que, tanto el agua fría como la caliente, sirven como desinflamatorio y esto contribuye en mucha medida a que malestares, como los que sufría Eduardo, desaparezcan, o en el caso del padre de Margarita, el agua generaba una liberación de estrés para los músculos, que estaban atrofiados por la falta de movimiento.4

Cynthia nos comenta también que los agentes hídricos en el tratamiento de rehabilitación ayudan para crear al paciente una sensación de menor peso, y mayor facilidad de movimiento de articulaciones; además de que contienen minerales que ayudan para tratamientos en la piel y muchos otras cosas.

Para finalizar, nos explican Cynthia y Jorge, que en cualquier caso, siempre se debe acudir al médico para tener un diagnóstico, ya que exponerse a una automedicación en cualquiera de los casos supone poner en riesgo la salud.

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