Por: Juan Luis Pérez
Líneas negras bien marcadas, colores vivos emanando de la piel inflamada y un sonido mecanizado de bobinas haciendo eco en todos los rincones del establecimiento. Por lo regular, esta es la primera impresión que te llevarás cuando visites un estudio de Tatuaje.
Actualmente, el arte del tatuaje está recobrando importancia. Se hace más y más popular entre jóvenes y adultos, pero a su vez, esto es una oportunidad para preguntarnos: ¿Qué representa a nivel social y cultural el tatuaje en un país como México?
Hablar de los orígenes del tatuaje, implicaría remontarnos a los orígenes de la misma humanidad, aunque seguramente desconoceremos siempre la fecha exacta en la que se realizó el primer tatuaje. De lo que podemos estar seguros, es que desde la antigüedad se encontraban por todas partes del mundo, en todos los continentes, indagando entre todas las antiguas civilizaciones podemos encontrar antecedentes del tatuaje que conocemos hoy en día.
A veces con un sentido social, a veces con un significado profundo, relacionado al misticismo y las divinidades de la cultura en cuestión; el ser humano siempre ha encontrado en el tatuaje un método para reflejar quién es y cómo piensa.
Actualmente el tatuaje se ha convertido en un símbolo de identidad y un medio para expresar ideas personales que en años recientes se ha popularizado entre la población mundial, halló entre los más jóvenes un sector bastante amplio de seguidores, quienes ven en el tatuaje, un medio para demostrar su individualidad y su interés por ir en contra de lo establecido por la sociedad.
En México, se vive una situación bastante peculiar. Vivimos en un país donde la mayoría de la población posee una manera de pensar muy conservadora acerca de lo que simbolizan los tatuajes y se descalifican bajo el argumento de que únicamente delincuentes y drogadictos podrían realizarle dichas modificaciones a su cuerpo. Dicho enunciado queda reflejado en las situaciones que deben pasar día a día las personas que han decidido tomar este estilo de vida.
Para Sandi Torres, una estudiante universitaria de la licenciatura en gastronomía, el tatuaje va más allá de eso y representa de manera absoluta la palabra “Libertad” pues no solo se trata de lo estético, sino que trasciende a un grado casi espiritual con el fin último de poder plasmar algo con gran significado en tu piel por el resto de tu vida.
Como se expuso anteriormente, la mayor parte de las personas se realizan su primer tatuaje profesional en un rango de edad de entre 18 y 25 años, debido a que siempre estuvieron rodeados del arte y del tatuaje a lo largo de su infancia y desarrollo.
Tal es el caso de “May” Romero, tatuador desde hace más de 10 años, que nos comenta que durante su infancia, siempre se encontró rodeado de gente tatuada y que en su barrio las personas con más tatuajes eran considerados los “superhéroes” de la colonia. Por lo que en cierta manera se convirtió en una costumbre el hecho de ver a quienes habitaban esa zona portar diversos tatuajes. Menciona que su primer tatuaje se lo realizó mientras cursaba la secundaria; asegura que él no considera a este como su primer tatuaje, sino el que se realizó en un estudio profesional tras haber cumplido los 18 años. Y explicándonos el motivo del porque se comenzó a tatuar, expresó: “alguna vez le escuche decir a un camarada que si no fuiste revolucionario, entonces nunca fuiste joven y creo que todo esto del tatuaje tiene que ver con ir en contra de la sociedad, estás haciendo una revolución por medio del arte en tu cuerpo”.
Para todos ellos, es evidente la discriminación que sufren por parte de los habitantes de la ciudad de Morelia, y a pesar de que todos consideran que poco a poco esto ha ido cambiando y han obtenido cierto grado de aceptación social, también reconocen que la discriminación por su imagen sigue estando latente.
Juan Pablo Fabián, tatuador desde hace cinco años, considera que lo menos importante es la discriminación que se sienta por parte de las demás personas, y que en gran medida este sentimiento es meramente psicológico pues asegura que la discriminación comienza con uno mismo y que a su vez, si tú demuestras inseguridad por el hecho de estar tatuado vas a transmitirle esa sensación a aquellos que te rodean. Este comentario guarda estrecha relación con lo que nos comenta “Pachuco” Villaseñor, tatuador desde hace 10 años, que nos dice que al final todo se reduce a la manera en que se portan tatuajes, asegura que él jamás ha sufrido de algún trato diferente por estar tatuado y que al contrario, ha ocupado cargos importantes tanto para gobierno del estado, como para establecimientos comerciales.
Del otro lado tenemos casos como el de Missraim Álvarez, dibujante, que nos comenta como él ha vivido muy de cerca la discriminación por el hecho de estar tatuado, nos cuenta cómo, en una ocasión, elementos de seguridad le pidieron que se retirara de una plaza al ver que daba varias vueltas por las tiendas de “manera sospechosa”. Y esta imagen de delincuentes es una etiqueta con la que tienen que cargar las personas que han decidido tatuarse en lugares visibles, cosa que les ocasiona problemas a la hora de solicitar un empleo o de poder evitar las miradas de las personas en las calles. Sandi Torres nos comenta que la desalojaron de los departamentos en los que vivía debido a la “mala imagen” que le ocasionaban sus tatuajes, y por su parte “May” Romero nos cuenta entre risas como a veces las personas se cambian de banqueta al ver que una persona con tatuajes va caminando por detrás de ellos.
Todas las personas que fueron entrevistadas para la realización de este trabajo aseguraron que tienen planeado volver a tatuarse lo más pronto posible y que en ningún momento se han arrepentido de haber comenzado a modificar su cuerpo de esta manera.
Aquellos entrevistados que se dedican al tatuaje (“May” Romero, “Pachuco” Villaseñor, Juan Pablo y Missraim) nos comentan que lo más importante, si estás pensando en realizarte un tatuaje es pensarlo de verdad y de manera muy objetiva, pues es algo que llevaras durante toda tu vida. Una vez que estés seguro de que te lo vas a hacer, es importante revisar la carpeta de trabajos del artista para asegurar que quien te haga el tatuaje sea el mejor para el estilo que buscas.
Tatuadores como Missraim y Juan Pablo también recomiendan ampliamente no dejarse llevar por los precios bajos que ofrecen los tatuadores “clandestinos”, pues la calidad que ofrecen es claramente inferior a la que se podría lograr en un estudio profesional por un par de pesos más.
John Olvera, entrenador personal, por su parte, nos advierte que si estas considerando el realizarte un tatuaje, se deberán también considerar todas las consecuencias sociales que vendrán con ellos, pues si piensas quedarte a vivir en una ciudad altamente conservadora como Morelia, te encontrarás muchas veces con este tipo de estigmas sociales y con esta discriminación que tal vez te pueda afectar en el ámbito laboral o social.
Ivan Ayala, chef y empresario, termina por decirnos que si de verdad te propones una meta, vas a lograrla, estés tatuado o no pues al final de cuentas tu trabajo es el que habla por ti y el cómo te ves pasará a segundo plano e invitó a muchas de las personas tatuadas a dejar de utilizar la discriminación como una excusa para no esforzarse para llegar hasta donde quieren, comentario que también se retoma de lo comentado por “Pachuco” Villaseñor, quien nos dice que para las personas tatuadas tal vez el esfuerzo y el trabajo sean el doble, pero al final de cuentas se puede llegar hasta donde la persona lo desee.
Como podemos ver, el tatuaje va más allá de la imagen o de una simple moda y se ha convertido en toda una cultura, en un estilo de vida con una gran responsabilidad de promedio, y más sorprendente aún, es que esta cultura lleva existiendo casi el mismo tiempo que lleva la humanidad y probablemente únicamente desaparezca cuando nosotros como especie lo hagamos.
Y tú ¿Qué opinas de los tatuajes?