Por Dulce Molinero
Con danzas, música, comida, artesanías y amor, los habitantes del pueblo se preparan desde una semana antes para dar la bienvenida a sus familiares que vienen de visita después de un largo recorrido por el más allá. Puesto que aún se pervive la creencia de la continuidad de la vida después de la muerte, de que las almas de los muertos viajan y se encuentran con los vivos. Por lo que el cementerio de Tzintzuntzan se viste de colores y magia, desprendiendo un exquisito olor a flores, pan de muerto, incienso, velas, y dulces tradicionales que se colocan en las hermosas y grandes ofrendas.
Con información y fotografías de Dulce Molinero