Por Joseluis del Ángel Almada Garmendia.
Ocurrió en el Templo de las Rosas, en punto de las 13:00 horas. Se celebró este viernes santo el oficio de devoción, conmemorando las tres horas de agonía de Cristo en la cruz. Ahora se le conoce como el oficio de Las siete últimas palabras de Cristo.
Media hora antes hubo una conferencia, en la cual se explicó la importancia de la obra de Las siete palabras. La exposición estuvo a cargo de Francisco Javier Rodríguez-Erdmann, de 85 años de edad, quien además organizó el recital, el cual se ha presentado en diversas partes del país a lo largo de varios años en Semana Santa. “Esta es la octava ocasión en que se presenta esta obra en Morelia, y espero que sean muchas más”- expresó Rodríguez-Erdmann, ante un templo lleno, que esperaba el concierto conmemorativo.
Rodríguez-Erdmann también compartió que la obra de Las siete palabras, compuesta por el austriaco Franz Joseph Haydn, es una de las más famosas en el mundo, y que en México se presentaba desde hace dos siglos. “El programa de este oficio cumple hoy 20 años, pero la obra se conoce desde hace mucho tiempo en nuestro país”- comentó Erdmann. También hizo referencia a que, en Perú, los jesuitas, alrededor de 1600, decidieron que las palabras de Cristo en la cruz debían presentarse con música.
En la conferencia, enfatizó que en Cádiz, ciudad de España, todos los viernes santos, desde 1792 hasta la fecha, se presentan Las siete palabras de cristo, así como en importantes ciudades europeas. “Espero que, así como llegaron temprano y tuvieron paciencia, disfruten de esta obra maestra y se unan a Jesús en su dolor”- finalizó antes de iniciar el concierto.
La presentación estuvo a cargo de cuatro músicos residentes en Morelia: Alfredo Hernández Cadena (1er violín), Camilo Armando Gonzales Tavira (2º violín), Rolando Vidal García Calderas (viola) y Jesús Gutiérrez Guzmán (violonchelo), todos vestidos de negro, conmemorando el luto de millones de cristianos.
El concierto estuvo dividido en dos segmentos: reflexiones sobre las siete palabras, bajo las voces de Javier Andaluz, obispo del templo de las Rosas, y de Francisco Javier Rodríguez-Erdmann. Cada palabra iba acompañada de dos minutos de silencio, para después proseguir con el concierto, pero, en cada periodo de silencio, se apagaba una de las siete velas que están frente al altar del templo.
La división de las piezas fue en nueve partes: introducción, las siete palabras, y el terremoto, posterior a la muerte de Cristo. Cada nota iba acorde a lo que Cristo dijo en la cruz, traducido del español al latín. La palabra o frase que causó más emoción en la audiencia fue «Eli, Eli, ¿lamma sabacthani?» (Padre, ¿por qué me has abandonado?), con notas agudas, entre los cuatro instrumentos.
La pieza más vibrante fue el terremoto, que, durante 3 minutos aproximadamente, estremeció el templo con el sonido de los instrumentos de cuerda. No se permiteron aplausos, por la naturaleza de la obra y el día que se conmemoraba, pero la belleza de la melodía tocó los corazones de todos los presentes. Tal como dijo Cristo en la cruz, a las 2:15 de la tarde, consumatum est, el concierto llegó a su fin, llevando el mensaje de que la música transmite sentimientos, aún en horas de duelo y tristeza.