Por Alejandro Vargas
Destinada a nacer curiosamente el mismo día en que Frida Kahlo también, Valeria Ramírez Díaz llegó al mundo un 6 de julio de 1997 en la capital de Guanajuato , aunque su crianza a lo largo de los años fue en la ciudad de Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional.
En una entrevista otorgada a Agencia Cero:60, Vale, como le dicen sus más allegados, nos comparte su pasión y talento como joven pintora.
Gracias por el espacio, coméntanos ¿Cuándo decidiste que pintar era lo tuyo?
Desde que me di cuenta que podía regresar un poquito de mí a esas personas que han hecho mi vida un mar de sueños; mi familia tiene mucho que ver, algunas veces mi imaginación llega tan alto con lo que deseo hacer, que me invade el miedo, pero luego recuerdo que ellos volarán conmigo y extiendo las alas de jahuete que han ido moldeando mi papá Mario, la pulida de mi mamá Mary con esa esponja para sanarme y lanzarme al mundo, las formas que deposita mi tía Elvia en cada trazo, el relleno de colores que Vane me pinta, la metamorfosis que Gaby me vislumbra, los sentimientos ocultos de mi hermano Adolfo y ahí estoy, tratando de volar y empezar a pintar el mundo.
¿Ya habías tomado clases de dibujo antes?
Siempre he querido estudiar artes, pero por alguna u otra razón, me he vuelto autodidacta, el arte me sigue a donde vaya, y la curiosidad es la que me mantiene observando y experimentando esos deseos por plasmar otras realidades. Alimento el sueño de en un futuro no muy lejano, estudiar y darle otra significación a lo que conozco del dibujo… sólo he tenido a un profesor, ahí me di cuenta de mi amor por las artes plásticas, y de la inmensa necesidad que siento por aprender.
¿Cuándo empezaste a tener más técnica?
Empecé a dibujar en el año 2013, cuando vi que sí podía plasmar mis sentimientos en un papel y desde entonces no he parado. Yo me quería demostrar que cuando algo te gusta bastante, lo haces suceder, así que los materiales que tenía no eran un impedimento, a todos lados siempre llevaba una hoja, un lápiz o un bolígrafo, pero fue hasta que pinté una pared en un cuarto de una niña, con la escena de la Bella y la Bestia, cuando me cayó el veinte, de que eso era yo, una artista, tras horas y horas de ver con amor lo que lograba con el pincel y la pintura, fue que me di cuenta que esas ya eran “las ligas mayores”.
Ahora cuéntanos ¿cuáles son tus inspiraciones al momento de dibujar?
La principal, es la satisfacción de imaginar los sentimientos encontrados que se producirán al momento de que vean lo que mi agradecimiento logró crear, porque pienso en que se llevarán un poquito de mi alma, y me gusta alimentar la ilusión de que en un futuro se irán reconstruyendo todas las pistas (dibujos) de mis obras, creo escenas y me transporto a otras realidades, a veces con ayuda del realismo mágico.
¿Cuáles son tus pintores favoritos?
Un día me puse triste, porque pensé que mis obras no durarían por muchos años, pero después Juan O’Gorman, con su obra pictórica, me demostró que hay un material que durará por muchos siglos, creada con mosaicos hechos con miles de piedras de colores obtenidas en muchos lugares del país, también me inspiran los murales de Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
¿Cuáles han sido algunos de los trabajos sobresalientes que has hecho?
Sin duda alguna, todos los murales que he hecho, uno de ellos es el mural que pinté hace poco, en mi casa de estudios la Normal Superior de Guanajuato, al que llamo por nombre “El sentir de la educación”, duré días de mi vida haciéndolo y muchos años atrás deseando pintar un muro, recolectando ideas y viviendo muchas de ellas.
Para finalizar esta entrevista ¿Qué sigue para Valeria en su futuro como pintora?
Quiero pintar murales, crear grandes obras hasta en rascacielos, que lo que soy llegue a más lugares del mundo, estudiar artes y no perder mi verdadera esencia del porqué amo dibujar.