Por: Antonio Monter
Hace ya algunos ayeres cuando Rodrigo Plá presentó en México su película La Zona y, desde entonces, dejó claro su interés por mostrar en pantalla las realidades profundas de nuestro país, principalmente aquellas que duelen en el cotidiano por pertenecer al mayúsculo grupo de marginación o de pobreza.
Marginación que a diario convive con su antípoda, el poder, la opulencia. Contrastes como la herencia inequívoca del capitalismo y la falta de oportunidades y la falta de un gobierno que piense más en las necesidades de los ciudadanos a los que supuestamente gobierna.
Basada en la novela homónima de su esposa y también guionista Laura Santaullo, “Un monstruo de mil cabezas” es el título de la película que Rodrigo Plá presenta en la edición 13 del Festival Internacional de Cine de Morelia y que venía precedida de aplausos en el Festival de Venecia 2015.
En la cinta miramos a Sonia Bonet, interpretada por la actriz Jana Raluy, quien tiene al marido enfermo de cáncer por lo que deberá enfrentar una de las rutas más tortuosas debido a la negligencia inclemente de una compañía de seguros. Lucha desesperada que arrastrará también al hijo de ésta, a extremos de violencia que sólo se explican por los usos y costumbres que en México suceden a diario en materia de prestaciones de salud.
Motivos tendrán para verse reflejados, aquellos que hacen horas de fila a diario, ya sea para pedir cita con el médico o para cambiar la receta por la medicina para el enfermo. Odisea, viacrucis, enojo, violencia encubierta, en fin que hasta para curarse en México, hay que jugarse la vida.