La Guardia; el reto de dar clases en una comunidad rural

Por Dulce García
El Covid-19 ha orillado a gran parte de la población en México a adaptarse a una «vida virtual», pero para muchos este cambio ha representado un doble reto, como es el caso del profesor Gregorio Molinero, quien ha tenido que buscar la manera de dar «Clases en Línea» en la comunidad de La Guardia, municipio de Tacámbaro, en donde la población no tiene acceso a internet.
Antes de la pandemia del Covid-19, Gregorio Molinero, egresado de la Escuela Normal rural Vasco de Quiroga, recorría diariamente 77 kilómetros desde Tzintzuntzan, donde vive, para llegar a la escuela “Mariano Matamoros”, la única primaria que hay en La Guardia, a impartir clases al grupo de primer año, pero desde hace unas semanas el maestro busca ahora acortar la brecha de la tecnología y que 20 niños sigan con sus estudios.

El pasado 19 de abril comenzaron las clases virtuales en todo México después de un mes de asueto por el Covid-19, en la comunidad de La Guardia no se quedaron atrás pese a que la gran mayoría de las 200 personas que habitan la comunidad no tienen acceso a una computadora, ni televisión ni un teléfono celular ni internet.

Ante esta situación, el profesor Gregorio Molinero tuvo que implementar otras estrategias para que sus alumnos, que además la mayoría trabaja, no se atrasarán en sus clases, por lo que coordinó con una madre de familia, que sí tienen acceso a internet, para mandar las actividades diarias a través de Whatsapp y sean compartidas con las demás familias.

Además, Gregorio, que comenzó en la docencia en el 2001, considera que los programas de «Aprendiendo en Casa» transmitidos en diferentes canales de televisión abierta por la Secretaría de Educación Pública (SEP), no tienen los contenidos adecuados para las comunidades rurales, porque muchos estudiantes laboran en el campo, como cortar aguacates o vender fruta para tener ingresos para su familia.

Por eso, desde su experiencia el maestro Gregorio ha desarrollado diferentes actividades que llamen la atención de los niños, con las que puedan reforzar la lectura y escritura; en pocas palabras, «que les nazca el gusto por el estudio, ya que no ha todos les gusta o les aburre estar haciendo las tareas».

Aunque ha sido todo un desafío, el profesor Gregorio comenta que se han visto resultados y sus alumno sí han aprendido en este período de confinamiento por el Covid-19, esto gracias a la metodología que llevaba y el apoyo de los padres de familia, que también se han comprometido con ayudar a hacer las tareas, las cuales serán entregadas cuando se regrese a clases.

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