Por: Kate Arizmendi
Angahuan, México, 22 de abril de 2016: Rosa teje un rebozo de lana en un pequeño local de su comunidad. El tiempo de fabricación de estas prendas suele ser variado, en algunos casos tarda tan sólo una semana mientras que en otros llega a durar varios meses. Los diseños son exclusivos y realiza esta actividad para ganar dinero. Crédito: Kate Arizmendi/Cero:60. (Crédito obligatorio, sólo uso editorial)
Angahuan, México, 22 de abril de 2016: Rosa es sólo una de las muchas mujeres que tejen rebozos en su comunidad. A ella le enseñó su madre y se ha dedicado a esto desde hace más de 10 años. Además de vender las prendas que elabora, también participa en el concurso del pueblo con sus creaciones. Nunca ha ganado. Crédito: Kate Arizmendi/Cero:60. (Crédito obligatorio, sólo uso editorial)
Angahuan, México, 22 de abril de 2016: Una mujer de la comunidad de esta comunidad del centro de Michoacán vende los rebozos que ella misma elaboró. Angahuan es una comunidad indígena ubicada a 40 kilómetros de Uruapan y es visitada por muchos turistas por ser una de las entradas al volcán Paricutín. Crédito: Kate Arizmendi/Cero:60. (Crédito obligatorio, sólo uso editorial)
Angahuan, México, 22 de abril de 2016: Rosa teje rebozos usando un telar de cintura, los cuales son usados en comunidades indígenas a lo largo del país. En Angahuan los pobladores aún hablan su lengua nativa, el purépecha. Crédito: Kate Arizmendi/Cero:60. (Crédito obligatorio, sólo uso editorial)
Angahuan, México, 22 de abril de 2016: Rebozos de algodón y lana de diferentes tamaños, colores y precios son vendidos en un pequeño local en la comunidad de Angahuan, Michoacán. Crédito: Kate Arizmendi/Cero:60. (Crédito obligatorio, sólo uso editorial)