Independencia, la fiesta a la que no fuimos invitados

Por: Adrián Saturnino Bucio Huerta

Mariachis, tacos, tequila, baile. En efecto, nos llegó el 15 de Septiembre y el país entero ajusta sus faringes para lanzar a los cuatro vientos el grito de independencia. Pero… ¿somos realmente independientes?

Algunos libros asocian el concepto de “independencia” con el de “autonomía”. Sin embargo la Real Academia Española arroja una definición que mueve las fibras más sensibles de nuestra realidad: “Libertad, especialmente la de un Estado que no es tributario ni depende de otro”.

Con estos significados habría que ver si para México, el mote de país independiente es una verdad intrínseca o una mentira piadosa.

Los mexicanos somos hijos del maíz

Así lo afirman los mayas a través del Popol Vuh. No existe día en que falte en nuestro paladar. Ya sea en forma de tortilla, gordita, tamal, pozole, elote o corunda. Es alimento fundamental para la gastronomía del país.

Pero, hay que ir al grano. Según el anuario estadístico de la balanza comercial realizado por el INEGI en 2014, cuando una familia mexicana se sienta a comer, ingiere 43% de maíz importado. El año pasado México gastó ni más ni menos que 31 mil 749 millones 508 mil 353 pesos en importar maíz de otros países, aquí la lista completa de proveedores: Alemania, Argentina, Austria, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Etiopía, Filipinas, Francia, Ghana, Guatemala, Hungría, India, Italia, Kenia, Nepal, Nigeria, Perú, Puerto Rico, Rumania, Sudáfrica, Tailandia, Zimbabue y Estados Unidos, por cierto, este último, es nuestro principal proveedor.

En maíz amarillo se gastaron aproximadamente 27 mil 496 millones 462 mil 829 pesos. Para grano blanco fueron 2 mil 929 millones 218 mil 282 pesos. En maíz de siembra se gastó 610 millones 492 mil 586 pesos. Y, por si fuera poco, en el maíz palomero fueron 709 millones 806 mil 83 pesos.

Algunos expertos sostienen que la alta importación del maíz se debe a que la demanda ha crecido. Otros opinan que las hectáreas de cultivo han ido a la baja dejando a México con una insuficiencia alimentaria.

Pero el grano dorado no es el único. Importamos el 80% de arroz, 40% de frijol y 30% de leche en polvo. Queda claro que en cuanto a alimentos, somos sumamente dependientes.

¿Se lo lleno joven?

México se encuentra en el top 10 de los países productores de petróleo. Se podría suponer que por tratarse de un país petrolero, las importaciones deberías ser considerablemente bajas. Pero no es así.

La balanza comercial que elaboró el INEGI con datos de Banxico, nos arroja que de nueva cuenta nuestro vecino del norte es quien envía la mayor cantidad de gasolina. El total que México importa (sin incluir la que utilizan nuestros aviones) es de 20 mil 141 millones 257 mil 406 litros, de los cuales 15 mil 128 millones 28 mil  772 provienen de Estados Unidos.

Las otras naciones que nos brindan petróleo refinado son: India, Italia, Lituania, Nigeria, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia, Ucrania, Arabia Saudita, Bahamas, Corea del Sur, Dinamarca, España, Estonia, Federación Rusa, Finlandia y Francia.

La elevada importación de gasolina refleja nuestra insuficiencia en materia petrolera, nuestro gasto diario es de 765 mil barriles de gasolina, mientras que las refinerías nacionales sólo producen 450 mil barriles, aproximadamente.

¿Viva el México Independiente?

La balanza comercial elaborada por el Banco de México nos revela que entre Enero y julio de 2015 hemos importado un total de 227 mil 342 millones de dólares. En ese mismo lapso, exportamos 221 mil 342 millones de dólares. Lo que nos da un saldo de menos 6 mil 319 millones de dólares. Está más que claro, nuestro país compra más de lo que vende.

El próximo 15 de Septiembre millones de mexicanos saldrán a las calles, bailarán, zapatearán, brincarán y gritarán. Se reunirán en casas pintadas de verde, blanco y rojo. Lucirán sombreros enormes que lleven inscrita la frase “Viva México”. Los mariachis tocarán al son de “México lindo y querido, si muero lejos de ti”. Y todos festejarán una independencia, que al menos en la balanza comercial, no se registra en números negros ni con tanta algarabia.

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