LOS KIDULTS DE NEVER LAND

Por: Alan García

 

Todos, alguna vez, nos hemos topado con adolescentes ‘mayorcitos’, o sea, pudiéramos decir que parecen adultos y que van por la calle en su patineta. Visten camisetas amplias, tenis vans o converse, juegan Xbox o Nintendo y tienen estilos y actitudes ante la vida totalmente fuera de su época.

Este tipo de niños grandes son denominados “kidults” o “adultescentes” o “twixters”, en alusión a aquellos jóvenes o adultos que se siguen comportando como niños. Los expertos señalan que quienes padecen de esta circunstancia son personas renuentes a crecer, poco maduras, inseguras y tienen miedo a no ser aceptados por los demás. Son irresponsables de sus actos y tienen que ser los demás quienes asuman los compromisos. Quieren tenerlo todo, pero no se esfuerzan para conseguirlo.

En países como en México, no parece existir conciencia de este fenómeno, quizás porque alargar la adolescencia viviendo en casa de los padres, no es ninguna novedad. El 30% de los mexicanos con edades comprendidas entre los 30 y 35 años vive aún con sus padres. El porcentaje llega al 63% si nos centramos en los que tienen entre 25 y 29 años. Y hasta el 95% si tienen entre 18 y 25. En otros países, es, o era impensable seguir con papá y mamá después de culminar los estudios.

Los jóvenes o adultos que se piensan adolescentes y actúan como tales, son visibles, podrían ser una moda, pero más allá de eso es un comportamiento generado por diversas circunstancias. Hay quienes aseguran que esta actitud provoca un “atontamiento cultural”, otros, que es un triste rechazo del concepto de madurez, visto como algo irrelevante o desfasado.

Echarse a volar da miedo

Los especialistas lo llaman miedo al nido vacío o el síndrome de Peter Pan: jóvenes de entre 20 y 35 años que estudian, trabajan, pero sus pasatiempos son los videojuegos, el animé japonés, las cartas de juego de roles o incluso las caricaturas de Disney.

La psicóloga educativa, Antonieta Muller Iriarte, explica en entrevista para Agencia Informativa Universitaria Cero60:

Realmente no es una enfermedad, es una inmadurez de la personalidad. Generalmente esto se refiere a un adulto socialmente inmaduro, irresponsable, rebelde, dependiente, narcisista y manipulador, que niega el envejecimiento y cree que está más allá de las normas de la sociedad.

¿Cuáles son las principales causas que definen el comportamiento de estas personas?

Bueno, esto se da más en los hombres, se dice que en la mayoría de las veces les da miedo asumir la responsabilidad de ser cabeza de una familia y eluden esta responsabilidad.

¿Qué caracteriza a un joven con este tipo de comportamiento)?

Generalmente tienen un gran miedo a la soledad, se muestran inseguros y con baja autoestima, su egocentrismo les hace creer merecedores de recibir y pedir a los demás sin preocuparse de los problemas de los demás. Generalmente son irresponsables, tienen mucho miedo al compromiso porque creen que les va a coartar su libertad. Tienen baja tolerancia a la frustración por lo que se sienten permanentemente insatisfechos y no enfrentan sus problemas ni toman la iniciativa ni se esfuerzan en ello.

Pero, ¿no es algo que le ocurre a pocas personas, algo anecdótico o pasajero?

Puede parecer anecdótico, pero no lo es. Este adorar a la juventud por la juventud misma, como valor supremo, tiene consecuencias negativas en la política, en la vida social y en lo laboral. Un país que tiene una gran masa de adultos cronológicos que carecen de adultez en la toma de decisiones es un peligro para ellos y para todos.

¿De qué manera crees que puede afectar esto a largo plazo en un joven?

Pues en su vida, son personas que no tienen una familia, generalmente no tienen un trabajo fijo, no se desenvuelven en la sociedad normalmente.

¿Son personas sin metas?

Exactamente, no tienen una meta, son personas infelices.

¿Y en las mujeres es diferente o es igual?

Pues podría decirse que es igual, pero con menor porcentaje.

¿Consideras que la tecnología ha incrementado este tipo de casos?

Podría ser, aunque la tecnología en sí misma no provoca nada, sino el uso que se le da y cómo se apropia de ella cada uno de nosotros. En ocasiones inmoviliza, atrapa, detiene el tiempo, puede ser una manera de perderse o de negación del mundo y del tiempo biológico. Pero sólo es un podría ser…

Como cuando se pasa la vida en los videojuegos o en los celulares.

Sí, eso, exactamente.

¿En qué manera influyen los padres en estas actitudes que toman los jóvenes?

Podría decirse que estas personas tuvieron una infancia infeliz, entonces ahí realmente, sí tuvieron mucho que ver los padres cuando los hijos tienen una infancia infeliz. Como ejemplo, el caso de Michael Jackson que decía que tenía este síndrome de “Peter Pan” y que fue obligado a trabajar desde los cinco años, entonces no vivió su infancia como la debió haber vivido. A veces los niños no viven las etapas que les corresponden, y luego cuando adultos quieren o desean reponerlas.

¿De qué manera influye la sociedad en todo esto?

Se dice que antes, los hijos después de que terminaban su carrera se independizaban, y ahora últimamente se da que ya hay más de estos muchachos dentro de los hogares protegidos por los padres y estos, los cuidan como si fueran niños, entonces yo creo que en cuanto a la sociedad ellos están en ese margen y pueden ser juzgados por esta misma.

Entonces, ¿qué se puede hacer ante este problema?

Yo creo que sería importante que los padres trataran de forjar vínculos maduros de amistad de amor y también los forzaran a aceptar normas, porque generalmente no aceptan normas.

¿Influye mucho el fijarse metas?

Claro, por ejemplo, que acaben una carrera, que se esforzaran en trabajar para que tuvieran un empleo, que no anduvieran de empleo en empleo.

¿Y por qué crees que los jóvenes de ahora no pueden tener metas bien definidas?

Podría decirse que la falta de disciplina marca a las personas, la falta de buenos hábitos que conlleva a una decisión completa para su futuro.

¿Qué pasaría con las generaciones futuras, de no resolverse este problema?

Vamos a tener cada vez una sociedad más inmadura y por supuesto, más insegura.

¿Qué podemos hacer los medios?

Lo ideal sería que en las instituciones hubiera gente comprometida que realice pláticas o talleres para los adolescentes que puedan concientizar a los jóvenes respecto a su desarrollo, haciéndolos ver lo importante que son para la sociedad. Y claro que en esto, los medios son vitales para provocar la reflexión.

El creerse un chico de 15 años cuando se tienen 25, parece hoy una normalidad… y tú, ¿qué prefieres? ¿Salir con el chavo o la chava que te gusta o quedarte en casa a jugar videojuegos? No te pierdas el siguiente reportaje sobre el tema.

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