Por: Joseluis del Ángel Almada Garmendia
Fotografías: BBC Mundo, Reuters, EM, Official FC ST Pauli Webstore
“Estamos en contra del racismo, el sexismo, el fascismo y la homofobia” Esta es la frase que se puede leer en el reglamento interno del club de futbol FC St. Pauli, de Alemania. Este club fue fundado el 15 de mayo de 1910, por lo que recientemente cumplió 110 años de historia. Ha competido la mayor parte de su existencia en la segunda división de Alemania, mejor conocida como la 2. Bundesliga. Si hay una frase que pudiera definir a este equipo de futbol soccer es la siguiente: es uno en un millón.
¿Cuál es la principal causa de que este equipo, sin ser constante reflector deportivo en Alemania, acapara toda la atención de la sociedad? Hay varias respuestas para esa pregunta, así que, averigüemos la causa de la interrogante.
St. Pauli, independientemente del fútbol soccer, es un pequeño barrio de Hamburgo, Alemania. Es un ‘barrio rojo’ y el centro nocturno de Hamburgo. Podemos pensar, con esta información, el tipo de ambiente que se vive en este lugar. Pocos habitantes, en comparación con las grandes ciudades del país europeo. En total, hay aproximadamente 27,000 habitantes, y sus costumbres se trasladan al campo de juego de un modo impredecible e inesperado para cualquiera, con acciones poco probables pero admirables, como, por ejemplo, la siguiente: el club anunció a fines del año pasado el inicio de la producción de miel natural dentro de su estadio, con la idea de proteger y aumentar la población de abejas en el mundo. Esta información es de hace tres años, otorgada por el portal BBC Mundo.
Un aspecto a analizar en este club de futbol son los propios aficionados de la escuadra alemana. Más que espectadores, son militantes del conocido como club pirata, con sede en el barrio del puerto de Hamburgo (el segundo más importante del mundo), que se reconoce en sus estatutos oficiales como antifascista, antirracista o antisexista (Iglesias, 2017). El prefijo anti lo entendemos perfectamente. Es un término dado a aquella facultad humana o decisión que se opone a algo o a alguien (esta es idea propia del significado de la palabra). ¿Por qué adopta este club medidas que, más que futbolísticas, pueden catalogarse como políticas?
Hay que entender una cosa: siempre, en todo momento, se hace política, incluso en los aspectos más sencillos de nuestra vida y sin darnos cuenta. Es muy peculiar y hasta extraño ver que un club de futbol tiene una serie de actos o costumbres adentro de su propio inmueble que no deja indiferente a nadie. Uno de los comentarios más famosos que describen al FC St. Pauli es: St.Pauli es una isla en el fútbol moderno. Un club donde sus aficionados son el eje, y en el que importa más defender unos valores que ganar. Esto no se ve todos los días. La mayoría de los clubes en el mundo, sin importar el deporte al que pertenecen, tienen un objetivo financiero como meta principal, ya que esto genera ingresos o ganancias que benefician su nombre público como empresa.
El simbolismo que este club expresa al mundo es uno que resultaría insultante y retador para quienes no conozcan las costumbres del puerto mismo. Su insignia, parece ser, es una bandera pirata. Si nos remontamos a 1980, aproximadamente, ocurre una radicalización por causa del fascismo.
Carles Viñas, historiador y autor del libro St.Pauli. Otro fútbol es posible (Capitan Swing, 2017) cuenta en el impreso la fidelidad de los seguidores de un equipo sin título y el cambio que sus valores provocaron en la sociedad: “aficionados del Hamburgo (el club hegemónico de la ciudad) abandonaron su campo por la proliferación de fascistas. Algo que sucedió en la mayor parte de las gradas de Alemania en aquella época. A estos se les unen punks y okupas de la Herbertstraße (calle de St.Pauli donde se concentra la prostitución de la ciudad), que empiezan a apoyar al equipo de su barrio como lo hacen con cualquier otra asociación” .
Al decir asociación, podríamos entenderlo como un organismo privado, pero en cierto punto, no es así, ya que un equipo pertenece a una empresa determinada. Por ejemplo, Monarcas Morelia es manejado como negocio, lo que otorga poder a la televisora a la que el club pertenece, y de igual forma, a la Federación Mexicana de Futbol. Son los grandes monopolios los que manejan a los clubes de futbol como un producto rentable a un público hambriento de diversión, distracción y entretenimiento. Es un simple negocio. Oferta y demanda. Producto que ofrece un servicio al cliente, y los clientes son los aficionados que asisten cada fin de semana a los estadios para ver ganar a su equipo.
La sociedad ha sido un gran motor de división poblacional en cuanto a gustos, tradiciones y costumbres. Podríamos decir que es una ‘aculturización’ social. En lo que al FC St. Pauli respecta, el respeto a las tradiciones, la libertad de decisión sobre las preferencias y la dignidad del ser humano sobresalen por encima del capital económico o de las ganancias del club. Esto, en términos cinematográficos, es poder ver the big picture, es decir, tener el panorama completo de las situaciones cotidianas en un mundo tan dividido por los prejuicios y divisiones ideológicas.
El código de vestimenta es estricto: abrigo, cazadora o camiseta negra, a poder ser con la imagen de Jolly Roger, la tradicional bandera de los piratas (la calavera y los dos fémures cruzados sobre un fondo negro): «Somos los únicos aficionados que no lucimos los colores de su equipo», apunta Jens, el patrocinador histórico del club: «La bandera pirata simboliza la lucha de los débiles contra los ricos, de los pequeños contra los grandes» (Pineda, 2018)
En la página oficial del club, el lector podrá darse cuenta de la magnitud del fenómeno social impregnado en esta escuadra alemana. Por dar un ejemplo, en las playeras para mujeres, se lee en español “estoy perdida, tan perdida, estoy fregada sin ti”, por aplicar un lenguaje moderado en la frase.
«Lo meritorio es que este club le gusta incluso a la gente que no le gusta el fútbol«, cuentan los autores, sorprendidos tras hablar con el público que va las presentaciones de un libro que es un compendio de historias rocambolescas (Iglesias, 2017). Es normal pensar que este club va más allá del simple deporte de patear un balón, es sobre la conservación de una ideología social fuerte y directa. La propia música, simbología y actitudes humanas de los miembros fieles al equipo otorgan una identidad, un signo o firma propias a un equipo famoso no por sus proezas futbolísticas, sino por sus proezas sociales y políticas.
Trabajos citados
Iglesias, D. (13 de junio de 2017). Obtenido de El Mundo: https://www.elmundo.es/deportes/2017/06/13/593ec06222601d390b8b4582.html
Pineda, G. (29 de septiembre de 2018). CC News. Obtenido de https://news.culturacolectiva.com/mundo/st-pauli-el-equipo-futbol-que-apoya-a-comunidad-lgbt-punk-y-migrante-en-europa/