Esta es la peculiar historia de un pescador llamado Antonio. Vive cerca de la playa, en Nexpa, pero es probable que si preguntan por él no sepan darle razón, en especial porque en esta zona es más común que se llamen por un apodo que por el nombre registrado en el acta de nacimiento.
No, a Antonio no le dicen Toño, como podría suponerse: le dicen El Chiliqui. Casado con Rosa, tiene dos hijos ya mayores, uno recién egresado de la universidad y otro en proceso de concluir una carrera. Este hombre, que no escucha y por lo tanto tampoco habla, sale todas las mañanas a pescar al río que desemboca en esa zona.
Con puras señas y gestos Antonio da un recorrido a un grupo de estudiantes que temprano visitaron a su esposa. A pesar de las limitaciones, el improvisado guía turístico explica de manera muy clara los detalles del río que conoce a la perfección. Allá hay peces chicos, acá son grandes; en esos matorrales duermen los cocodrilos, que salen al mar cuando el río sube su nivel.
A continuación podrá ver en una serie de fotos parte de ese recorrido. Las imágenes fueron captadas por Jhoseline Méndez, Aldo Sánchez y Adid Jiménez.