Por Yaritza Villalobos
Los comentarios de terceras personas influyen en los jóvenes al momento de decidir su futuro; tal es el caso de Natalia Valdivias, una chica de 19 años, originaria de Mesón Nuevo, municipio de Tarímbaro, quien al finalizar la preparatoria decidió cambiar los pinceles, colores y papel, por números y fórmulas, porque la gente le decía que la licenciatura en bellas artes no le iba a servir de nada en la vida.
“Es más que obvio que mi pasión es el arte y mi arrepentimiento es total respecto a mi carrera actual”, mencionó Natalia en entrevista para la Agencia Cero:60.
Su amor por el arte nació cuando tenía siete años de edad, gracias a una de sus tías quien le mostró una libreta llena de dibujos. Las primeras obras que plasmó en un papel fueron un pájaro y una banca, en aquel entonces no le tomó importancia, pero desde hace cuatro años decidió enfocarse más en ello.
Desde pequeña y hasta el momento sólo se ha dedicado a dibujar y pintar, pero en un futuro, quiere tomar cursos de escultura, animación digital y aprender o mejorar más técnicas como el realismo.
Dentro de la comunidad de Mesón Nuevo, es una de las pocas personas que realiza este bello arte por pasión y no lo ve como un hobby.
Al culminar sus estudios en el CBTA 233 ubicado en el municipio de Tarímbaro, Michoacán, se dejó influenciar por opiniones y comentarios que la gente le decía respecto a la carrera de bellas artes. De esta manera, poco a poco trató de hacerse a la idea que estudiar administración de empresas era la mejor opción, pero cuando no entregaba tareas porque no les entendía o cuando obtenía una baja calificación en un examen se dio cuenta que eso no era lo que quería para su futuro.
Después de su primer año en la universidad, abandonó la licenciatura por ir en busca de sus sueños, el arte.
“Sé que voy a decepcionar a muchas personas, incluyendo a mis padres quienes son lo más importante para mí, tal vez me quiten su apoyo, no lo sé, porque a ellos les hubiera encantado verme graduada del Tecnológico de Morelia, pero ya decidí que no quiero eso”, comentó Natalia.
Actualmente, las plataformas digitales se han convertido en un pilar importante en su carrera como artista para difundir sus dibujos y pinturas, pero esto no hubiera sido posible sino se hubiera enamorado de un muchacho cuando estaba en quinto semestre de preparatoria, ya que él la motivó para mostrarle al mundo su trabajo.
A través del portal de Facebook ha podido recibir críticas de un público más amplio, además, de que gracias a esto ha logrado vender sus obras.
“Mis primeros dibujos vendidos fueron un esqueleto humano por $300 pesos, y un corazón por $200, pero no como los que hacen para San Valentín. La primera pintura que vendí fue de una vaca hace poco, y por esa me pagaron $300”, platicó Natalia.
La artista recuerda estos momentos con gran alegría, ya que por primera vez estaba cobrando por su trabajo.
A pesar de los tropiezos que tuvo en el inicio de su vida profesional, ahora está dispuesta a luchar por sus sueños hasta alcanzar todas sus metas, y convertirse en la persona que siempre ha soñado, ser una gran artista.