Por: Luis Gutiérrez
Morelia, Michoacán, 9 de marzo de 2020.- La crueldad y sangre fría con la que se ha despojado de la vida a miles de mujeres sin sanción para sus asesinos. La incomodidad de salir a la calle y que te miren con morbo y como objeto sexual. El miedo que devora cada parte de tu cuerpo cuando es de noche, estás sola y aún no llegas a casa. Todas estas experiencias son la razón de una marcha feminista en Morelia, que se realizó ayer 8 de marzo.
El centro histórico se pintó de color morado cuando una inmensidad de grupos femeninos se dieron cita, no precisamente para celebrar el Día Internacional de la Mujer, sino para gritar y expresarse ante toda la violencia que su género ha experimentado en los últimos meses; que ha crecido exponencialmente y que no parece no tener solución.
Fueron pancartas, cartulinas y hasta maquillaje en sus cuerpos los elementos que utilizaron para lanzar mensajes de hartazgo ante dichas situaciones. Por eso, a medida que la marcha avanzaba, por Acueducto hasta la avenida Madero, crecía las diferencias entre la opinión pública, entre si esta manifestación es un acto de vandalismo o el inicio de una revolución social.
La caminata masiva también incluyó algunas canciones que referían al miedo que representa ser mujer en un país donde no se les protege. Durante el evento simbólico, enunciaron cifras de la violencia de género y feminicidios en el país, como es que una de cada diez mujeres es asesinada por el solo hecho de serlo.
Las paredes de las inmediaciones del centro también tuvieron cierto protagonismo, pues fueron los principales blancos que los grupos buscaron para plasmar sus mensajes con aerosoles.
Por su parte, las fuentes, tanto de «Las Tarascas» como la de Plaza de Armas no quedaron exentas, en las que se colgaron mensajes y en otras ocasiones hasta el agua se ha pintado con colorantes rojos, para hacer alusión a toda la sangre de mujeres derramada con impunidad.
Estos movimientos, más allá de buscar justicia, comienzan a construir un camino en el que futuras generaciones puedan vivir con libertad y paz, sin miedo a los demás y con la seguridad de salir a las calles y volver a casa intacto. Se busca enfatizar que la libertad de un individuo termina donde comienza la de otro.
Este no fue la primera manifestación feminista y muy probablemente no será la última. Las voces que hoy se manifestaron no descansarán hasta que exista un cambio notorio. Un bien en común, tanto para hombres y mujeres.
El sábado, La Minerva, icónica fuente en Guadalajara, fue teñida de rojo. El domingo, las calles de Morelia y de demás ciudades del país, cubiertas por morado.
El lunes, sin un color en específico, pero se notará la ausencia de la mujer con el paro nacional #UnDíaSinNosotras.
Una semana en la que los colores de la justicia femenina reemplazan al tan «alabado» verde, blanco y rojo que hace mucho tiempo no las presenta.