Por Alejandro Vargas
A raíz del reciente sismo ocurrido de 7.5 grados de magnitud que sacudió principalmente la Ciudad de México y el estado de Oaxaca; en Guanajuato también se sintió, aunque no con la misma frecuencia que los lugares antes mencionados, por eso distintas personas de la ciudad de Valle de Santiago, conocida como “El país de las 7 luminarias”.
Raúl Vargas, jubilado de 56 años, viviente de la calle Colón #8 A, se encontraba en la sala de su casa, recién levantado y notó que estaba temblando al mirar los hilos blancos que cuelgan de su ventilador para encenderse, se movían tenuemente de un lado a otro. Entonces como si no fuera suficiente, se puso de pie y fue así cuando comprobó que se movía un poco el piso.
Lizbeth Sánchez de 28 años de edad, maestra de telesecundaria de la localidad Cuatro de Altamira en Salamanca, pero que vive en la calle Uruapan de Valle, ubicada más arriba del centro, menciona algo similar al señor Raúl, al señalar que se encontraba desayunando tranquilamente, cuando sintió debajo de sus botas un leve movimiento; entonces se puso de pie inmediatamente interrumpiendo su merienda para comprobar esa nula corriente.
Al estar acostada en su cama, Cristina Sánchez de 18 años que recientemente acaba de graduarse de la preparatoria y se prepara para ingresar a estudiar medicina, declara que “comenzó a sentirse mareada de repente”, entonces al abrir su celular y ver que un compañero suyo había puesto de estado que quien más había sentido el sismo, comprendió entonces lo que pasaba, ella no había vivido algo similar.
Paola Díaz, recién egresada de Derecho, vive a la vuelta del panteón Campo Florido de la localidad, tiene 23 años de edad, y dclara que en los leves movimientos que en su casa se sentían, pudo visualizar como unos delfines que tiene de adorno colgados en su techo, se movían de un lado al otro de forma tenue. Más tarde al informarse en las noticias del suceso, se espantó un poco por aquellas personas que sufrieron más daño en Oaxaca, pero, sobre todo, al saber que fue lanzada la alerta de tsunami en Centroamérica.
Estaba viendo un programa de televisión en vivo, de pronto interrumpieron la sección habitual para desalojar a los conductores estelares, eso es lo que presenció la maestra de primaria Rocío Sánchez, quien recordó cuando vio aquel noticiero en vivo en el terremoto de 1985 donde los conductores también salieron del foro y la escenografía se estaba moviendo. Ella se encontraba desayunando como era habitual alrededor de las 10:30 a.m., se sobresaltó un poco, bajó la mirada a su vaso de agua y notó como ésta no podía quedarse quieta.
En cambio, también existieron aquellos que no sintieron nada de nada hasta abrir Facebook o revisar las tendencias de twitter, por ejemplo, Isis Zavala fisioterapeuta de 23 años que vive en la calle principal de Valle, la famosa “Juárez”, comenta que al momento del suceso ella se encontraba preparando su desayuno tranquilamente y ninguna sensación se hizo presente en su casa ubicada arriba de un famoso banco cerca del jardín municipal.
También Francisco Vázquez, publicitario de 38 años que se preparaba como cualquier otro día para irse a su agencia de marketing, comentó que estaba almorzando en su casa con su mamá, pero no fue hasta que revisó las noticias lo que estaba sucediendo principalmente en la ciudad de México y en Oaxaca.
