No perderemos la fe: la historia de Jacinto y María

Por: Dulce García
En la carretera a Morelia, a 14 kilómetros de Pátzcuaro, se encuentra una desviación que nos lleva a Cuanajo, Michoacán, un pueblito en donde abundan las artesanías de madera, sus colores, formas y precios se hacen distinguir en la región, también se puede encontrar «popote de trigo», con el cual se elaboran las piezas de panikua, pero que en estos momentos no se está vendiendo como antes de la contingencia del Covid-19, compartieron el señor Jacinto y la señora María.

“Tenemos más de 50 años vendiendo popote, somos la tercera generación de mi familia, tenemos 11 hijos, el mayor de 42 años y el menos de 11 de los cuales 5 están casados y viven con su pareja, los demás todavía dependen de nosotros”, platicó el señor Jacinto.

Con 81 años y 76 años de edad, Jacinto y María buscan la manera de tener ingresos económicos debido a que disminuyeron considerablemente las ventas de sus artesanías, ante la baja afluencia de turistas y visitantes como parte de las medidas preventivas para evitar los contagios del coronavirus.

“Nosotros subsistimos del popote lo que en estos momentos es muy complicado para nosotros porque no hay ventas, antes de todo este alboroto nosotros entregábamos alrededor de 100 manojos de popote cada 2 semanas y ahorita lo mucho que hemos vendido son 15 manojos”, menciona la señora María.

El señor Jacinto y la señora María   que en estos momentos se encuentran desesperados ya que no han vendido casi nada por lo que no tienen con qué subsistir ante esta crisis, que están tratando de salir adelante con lo que las tierra les da, pero no ha dado frutos ante las pocas lluvias que se han registrado.

A pesar de todo esto el señor Jacinto y la señora María dicen que no perderán la fe y que esperan que pronto se normalice todo.

Puede que también te guste...