Por: Ángel Almada Garmendia
2021 ha sido un año atípico, con sus altas y bajas. Pocas cosas han sido de buen final para la mayoría de las personas. Sin embargo, en lo que al cine de superhéroes se refiere, SPIDER-MAN: NO WAY HOME es una caricia al alma, y más aún en estos tiempos.
Sin el afán de arruinar la película, es necesario aclarar que las redes sociales son traicioneras. Hay información en todos lados, y de esta película la hay de sobra. Por más que pueda uno ver un comentario, imagen o video, nada se compara a tener una pantalla cinematográfica para disfrutar del que será llamado en un futuro como el evento cinematográfico que unió a tres generaciones.
Spider-Man: No Way Home retoma la historia de Peter Parker, interpretado por un magnífico Tom Holland, en el momento en que su identidad como el trepamuros es revelada al mundo, con el agregado de que es acusado de asesinato. Por tanto, Parker y sus seres queridos corren peligro al mantenerse su privacidad entre la espada y la pared.
El primer acto de la película transcurre en las consecuencias de esta revelación, pero poco a poco la película agarra ritmo para convertirse en una montaña rusa de emociones. Más nostalgia no existe al ver caras antagónicas pertenecientes a sagas pasadas, en el momento en que Peter arruina su petición realizada a Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) para que el mundo olvide quien es, y desata su mayor desafío: lidiar el multiverso.
Los 148 minutos de este filme es la corrección de errores cometidos en las dos películas anteriores del Spider-Man de Tom Holland, así como la profunda y emotiva continuidad otorgada al lado humano del personaje. Holland es tremendo en esta película, y los acontecimientos que lo afectan son realmente conmovedores para la audiencia.
SPIDER-MAN: NO WAY HOME es la película del trepamuros que concluye 20 años de historia cinematográfica del arácnido. No se plantea ser la mejor entrega del personaje, pero lo que consigue es una verdadera joya en el género de superhéroes, que será recordada por muchos años.
El tercer filme del vecino arácnido del Universo Cinematográfico de Marvel es, sin ningún tipo de duda, la mayor carta de amor a Spider-Man y a sus fanáticos, así como el perfecto regalo de Navidad, en una época tan complicada como la que actualmente vivimos y afrontamos. Se cierra una etapa del personaje, para dar inicio a un prometedor futuro con Holland bajo la máscara.
Como diría el tío Ben, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Marvel y Sony tuvieron esa tarea, y lo han conseguido con creces. Ojalá Stan Lee y Steve Ditko estuvieran con nosotros para presenciar este hermoso homenaje al mejor personaje de los cómics Marvel.
CALIFICACIÓN: 9.5/10
