Por Jhoseline Méndez.
De junio a octubre es la mejor temporada en términos climatológicos para la siembra, especialmente la milpa de maíz, calabazas, tomate, fresa, frijol y habas, entre otros.
Los ejidatarios y campesinos de San Antonio Coapa, en el municipio de Morelia, expresan que la siembra es un proceso riguroso que requiere dinero: necesitan, por ejemplo, un tractor. Si no cuentan con uno, entonces deben pagar por la renta de uno y más si su tierra abarca varias hectáreas.
Si su terreno es pequeño, se pueden arriesgar a hacerlo a la antigua, con la yunta de bueyes: toman dos bueyes y les ponen el arado de un extremo a otro para que así se puedan abrir los surcos para la siembra. El proceso es más tardado y representa un riesgo, sobre todo por las tormentas tan duras que han azotado al país, lo cual dificulta la tarea. Por esto último los campesinos temen por el crecimiento de sus siembras, ya que algunas milpas se suelen inundar y pudrir cuando llueve con demasiada intensidad.
La espera que deben tener para cada siembra es diferente, ya que el maíz estará listo aproximadamente en cuatro meses después de sembrarlo.
La calabaza también tendrá un tiempo de cuatro meses aproximadamente para que dé frutos y pueda ser ingerida en sus diversas presentaciones: pueden cocerla, hacerla dulce con piloncillo, añadirla a los caldos y algunas personas optan por dárselas de comer a su ganado. Una parte importante de la calabaza es que se le sacan las semillas, se ponen a secar y se tuestan, es así como obtienen dos alimentos en uno.
El frijol mientras está tierno se puede utilizar como ejote y tiene un tiempo de cinco meses aproximadamente para que las vainas tengan la semilla del frijol, para los paladares de los mexicanos que los degustan en sus comidas.
El tomate por su parte se siembra y dura aproximadamente tres meses en estar listo y las habas durarán cuatro meses.
En el caso de las fresas, son necesarias entre dos y tres semanas para que florezcan y comiencen a dar el fruto.