Por Alejandro Vargas
Sin duda alguna los años 80, fueron una década de parteaguas en muchos de los aspectos sociales, no solo en México, sino también a nivel mundial, por lo cual, dicha década es el escenario perfecto para la cinta, la cual nos retrata la historia de Carlos, un joven de 17 años, apasionado de la Ingeniería Mecatrónica, quien siente que no encaja ni con su familia, ni con sus amigos. Pero esto cambia cuando es invitado a un extraño bar nocturno llamado “El Azteca”, donde poco a poco comienza a conocer la música punk, las drogas y lo que significa la libertad sexual, aspectos que ponen a prueba su amistad con su mejor amigo, Gera.
Un filme que rompe totalmente con varios de los estereotipos impuestos y que es un respiro dentro de la cinematografía mexicana, dentro de la que estamos acostumbrados tantas veces. La verdad es que desde que vi el tráiler, ya tenía tantas ganas de apreciarla, pues cuestiona muchas de las cosas a los que nos enfrentamos cuando somos adolescentes y estamos en búsqueda de nuestras verdaderas identidades.
Además de que toca temas muy profundos como el consumo de las drogas, la represión, el sida y las manifestaciones u criticas sociales mediante el arte abstracto, lo que representa crecer e ir formando parte de este mundo. Cuestiona también como hemos sido educados a nivel cultural, social y, sobre todo, familiar.
Cortesía: IMCINE
Pienso firmemente en que este filme sin lugar a duda, nos lleva a recorrer caminos no tan imaginarios dentro de nuestro colectivo de pensamiento, que tenemos hacia la Ciudad de México, pues una de las ciudades más grandes del mundo, tiene aún muchos secretos guardados que están esperando el momento perfecto para poder salir a la luz.
Gracias a lo que he llevado de mi carrera de Periodismo, he podido percatarme enormemente, el cómo los grupos sociales desde siempre han existido, claro, que unos con mayor fuerza que otros, pero que al final de cuentas, cumplen con el rol formador y acogedor de las nuevas generaciones que buscan integrarse o encontrar la identidad adecuada a la que realmente desean permanecer; en lugares en los que son escuchados, en los que se pueden vestir a su antojo, en los que las creencias se manifiestan mediante distinto arte, como la música, las letras, la pintura, la estética, el teatro o las representaciones.
Aunque claro, no debemos de dejar a un lado, el hecho de que aún en esos círculos de identificación, no todo es miel sobre hojuelas, pues, por una parte, se sufre con el rechazo, la indiferencia y la violencia de parte de la sociedad, por el otro, también encontramos lo mismo de parte de la “rivalidad” que se generan entre grupos, pero si le añadimos un tercero, nos encontraremos con la propia violencia que se puede ejercer dentro del mismo grupo al cual pertenecen.
Cortesía: Filter
En varias escenas de la cinta “Esto no es Berlín”. Podemos ser testigos de lo duro que puede llegar a ser estar dentro de un lugar en el que te sientas bien identificado. Por ello, el mensaje más claro es contra la misma represión, de parte inimaginable que se concentra en altas dosis en una sociedad en la que constantemente sufren fricciones cotidianas que impactan a corto, mediano y por supuesto, largo plazo.
Eso sí, si a usted no le gustan las cintas donde se muestran demasiados desnudos, o representaciones explicitas sexuales, definitivamente esta cinta no es para ti, pues se busca explorar incluso más allá de lo que la vestimenta representa como un símbolo de perseverancia y constante lucha.
Entre luces fosforescentes, podemos adentrarnos de una forma estimulante, a aquel mundo de excesos al cual, no estamos tan lejos (ya sea de forma directa o indirecta), sin embargo, el diseño de arte junto a la música, los escenarios y obviamente todo lo que confiere a la estética bien lograda, estilo “punk”, logran crear una experiencia única, pocas veces lograda en la cinematografía nacional.
Apreciar esta película ayuda mucho a poder crear análisis y conciencia psicológica, sociológica, economía e incluso, histórica, pues a pesar de no estar basada en hechos reales, la realidad se siente no ajena, pero de un México, que al menos, yo desconocía bastante al no nacer en esos años.
El filme tuvo su estreno en el Festival de Cine de Sundance en el año 2019. Está escrita, producida, dirigida y actuada por el mexicano Hari Sama. Además de que cuenta con las actuaciones de Xabiani Ponce de León, José Antonio Toledeano,
Ximena Romo, Mauro Sánchez Navarro, Claudia García, Marina de Tavira, Lumi Cavazos, Juan Carlos Remolina, entre otros muchos más.
Sin duda una gran recomendación para aquellos que buscan una propuesta de cine distinta a lo que se maneja comúnmente en el cine comercial, de hecho, al ser una película no tan comercial, ha sido elogiada por la crítica y ha tenido buenos recibimientos en diversos festivales de cine, por ejemplo, en el de Morelia.