A tres años de la insurrección, el movimiento sigue vivo (tercera parte de la entrevista)
Por: Juan Luis Pérez
Fotografía: Jacqueline Ramírez Ramírez
Para principios del año 2014, la prensa nacional e internacional tenía la vista fija en el estado de Michoacán, sobre todo en la región de la Tierra Caliente. Los grupos de autodefensa seguían avanzando día a día, controlando cada vez más poblados y “limpiándolos” del crimen organizado; también, comenzaban a hacerse notorios abusos por parte de aquellos que se hacían llamar guardias rurales. Los medios de comunicación comenzaban a cuestionar el verdadero poder que el gobierno podría tener sobre los grupos armados y cómo parecía que los grupos comunitarios hacían lo que su antojo dictara por todo el estado, mientras el gobierno federal permanecía en silencio.
El 13 de enero del 2014 el gobierno federal destinó más de nueve mil elementos del Ejército y Policía Federal a la tierra caliente michoacana en respuesta a la petición de ayuda que había enviado el gobierno de Fausto Vallejo, tomando así el control de la seguridad. Es aquí donde aparece un personaje crucial para lo que ocurrió a partir de este punto con los grupos de autodefensa. El miércoles 15 de enero la Secretaría de Gobernación (Segob) anunció la creación de una Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Michoacán, liderada por el que hasta ese día era el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el licenciado Alfredo Castillo.
A continuación, la tercera, de cuatro entregas de periodicidad semanal, de la entrevista que este medio realizó a Hipólito Mora, donde se desarrollaron temas sobre el origen, el presente y el posible futuro de los movimientos autodefensas.
¿Cómo cambió el movimiento a partir de que entra el gobierno federal?
-“Cambio porque se unieron los delincuentes y empezaron a apoyarlos y nos dejaron a un lado a nosotros; nos dio la espalda el gobierno. Me decían que sí a todo, pero me estaban dando atole con el dedo, yo sabía, pero yo también les estaba siguiendo el jueguito, yo siempre con la esperanza de que iban a detener a esos cuates, pero no fue así, sólo al Chayo y a la Tuta. Un cártel no lo forman tres personas, son miles, yo quiero saber dónde están esos miles, dónde están ahorita.
“No me han dado respuesta y no ocupo que me la den, lo que quiero es que me oiga todo México. Yo sé dónde están algunos de ellos, dónde hay infiltrados autodefensas. Al fin me reconoció Alfredo Castillo lo que yo tengo más de dos años gritando en la prensa, de los infiltrados. ¿Qué tanto tiene que lo reconocieron? ¿Uno, dos meses? La mitad de la fuerza rural, delincuentes y la otra mitad de gente buena. Al fin empiezan a decir lo que yo tanto dije por dos años, más de dos años. Porque les tronó todo, se les vino abajo el teatro, con la muerte de diversos líderes autodefensas, hay muerte por donde quiera, la verdad es que se le cayó el teatro al gobierno, y tuvieron que aceptar lo que yo les había dicho porque ya no podían ocultarlo”.
-¿Cuál fue y es su relación con el ex comisionado Alfredo Castillo?
-“Yo ya lo he dicho muchas veces, lo dije una vez aquí afuera cuando salí de la cárcel la última vez ya hace un año. Es una basura; Alfredo Castillo es de lo peor que hay. Es un asesino, delincuente, corrupto, falso, le gusta calumniar, no le importa nada, no tiene sentimientos, no le duele, no sufre con el dolor de las personas. Ese es Alfredo Castillo”.
Ya en dos ocasiones Hipólito Mora ha sido detenido y encarcelado por diferentes cargos. En la primera ocasión (ocurrida el 12 de marzo del 2014) se le acusó de tener presunta responsabilidad en el homicidio de dos individuos y el 27 de diciembre del mismo año se entregó junto con otras 26 personas por el enfrentamiento ocurrido en La Ruana entre ellos y la gente de Simón Torres “El Americano”, donde falleció su hijo.
-¿En algún momento se consideró convertir al movimiento en algo a escala nacional?
-“Yo he estado en reuniones nacionales, de líderes nacionales, he estado pero yo sinceramente, soy sincero, nunca creí salirme de los límites del pueblo cuando empecé esto, yo no pensé que fuera a tomar la dimensión que tiene. Nunca. Yo nunca creí que llegaría a ser famoso, nada, no soñé con eso y de pronto chingue su madre, me conocen en todo el mundo. Han habido periodistas que vienen de Inglaterra y dicen ‘usted es más conocido que el mismo presidente de México’.
“Sólo soy una persona, aunque una vez me criticó Castillo, y el mismo gobernador que tenemos ahorita hace poco dijo que yo era una estrella de televisión. Desgraciadamente soy estrella de televisión. Gracias al gobierno corrupto que hemos tenido en Michoacán por muchos años, gracias al gobierno corrupto es que soy estrella de televisión. Estoy seguro que en todo el mundo no hay alguien que quiera llegar a ser estrella de televisión pasando por todo lo que yo he pasado, estoy seguro que en eso nadie me está envidiando. Nadie.
“Soy estrella de televisión, pero para llegar a ello, tuvimos que dejar nuestros trabajos, tuvimos que tomar las armas, tuvimos que desvelarnos las veinticuatro horas cuidando al pueblo. Tuvimos que ver a muchos amigos de nosotros como los encarcelaban y aún siguen muchos encarcelados todavía. Me tocó ver morir a muchos amigos, me tocó ver morir a mi hijo. He tenido que pasar por todo eso para desgraciadamente ser estrella de televisión. Mientras que nosotros no teníamos para comer, defendiéndonos, sin sueldo y algunos gobernantes en sus oficinas nada más sentaditos, hasta yéndose al extranjero con doscientas o trescientas personas de invitados y pagando todo con sus sueldos de cien, ciento cincuenta y hasta doscientos mil pesos y sin hacer nada por los ciudadanos y nosotros peleando. Así es como vine a ser estrella de televisión”.
-¿Ha realizado acuerdos con algún mandatario para asegurar su libertad en las dos ocasiones que estuvo preso, o a que se debe que ambas veces haya salido libre?
-“Debido a la defensa, el gobierno me quería dejar todavía adentro. No tienen las formas; me acaban de sentenciar a un año hace poco por un problema que me armó el mismo gobierno sobre uno que levantaron en Yurécuaro que según fueron los autodefensas. La mamá y dos supuestamente presentaron la denuncia en contra mía.
“Tengo casi año y medio peleando ese proceso, me lo cambiaron aquí a Apatzingán al juzgado de ahí, estuve yendo a firmar ahí y mis abogados trajeron a la señora y sus dos hijas, y ahí, ante la jueza, la pregunta: ‘Señora, ¿usted cuántas veces ha visto al señor Hipólito Mora?’ Dice: ‘Hoy es la primera vez que lo veo, nunca lo había visto’. ‘Entonces, ¿por qué lo denunció?’. ‘Yo nunca lo denuncié, yo nunca di el nombre de él’. Y las hijas también lo mencionaron: ‘Nunca; no nos explicamos por qué aparece que nosotros lo denunciamos’.
“Entonces se termina eso; me despido de mano con las señoras y me dice la jueza: ‘Don Hipólito, ya nada más va a venir otra vez y se termina esto. Para que descanse’. ‘Sí, gracias señora. Creo que ya es justo, a cada rato con estos pinches juzgados, qué bueno’. Poco después resulta que la señora rectificó que sí era yo. Le dije a la jueza ‘¿le dieron ordenes sus jefes, verdad?, ¿qué dijo? Yo salvo a mi familia, me salvo yo misma, no pierdo mi trabajo, sigo viviendo a gusto, de mi sueldo, mis hijos siguen viviendo a gusto pero le parto la madre a Hipólito’.
-¿Actualmente Hipólito teme por su vida? ¿Por qué?
-“Tengo tres años, tres años que se cumplen el próximo 24 de febrero pero no por miedo ni nada. Yo estoy decidido a lo que venga, no me preocupa si me asesinan, creo que yo saldría ganando aunque suene medio loco pero no me preocupa que me maten, me tiene sin cuidado, me meto dónde sea, voy a cualquier lugar por riesgoso que sea y aquí estamos.
-¿A usted le preocupa que lo arresten de nuevo?
“Sí, cómo no, yo lo he dicho siempre, prefiero el panteón que la cárcel. Si me ponen a escoger entre dos años de cárcel y el panteón, yo escojo el panteón. ¿Por qué voy a estar en la cárcel yo? Yo si, donde me quisieran detener, traigo un arma, no me mato, les pido que me maten.
-¿Por qué usted está libre y Mireles continúa preso?
Hipólito Mora esboza una sonrisa que refleja algo, aunque no está claro lo que es, tal vez esperaba la pregunta o tal vez lo tomó totalmente por sorpresa, fue entonces que tras un gran suspiro contestó…
(La próxima semana, la última entrega de la entrevista a Hipólito Mora).