Columna de Opinión

Por: Christian Corona

Nos vuelven a fallar, ahora en Nochixtlán

Los últimos hechos ocurridos en el pueblo de Nochixtlán, Oaxaca, han consternado a la nación, dentro de sus límites geográficos, como a personas fuera de ella, la razón: nos vuelve a indignar el proceder violento del Estado mexicano, una vez más utilizando a sus corporaciones policiales para sobreponerse con torpeza y fuerza “bruta”, a base de armas y balas, montando como tiro al blanco a maestros pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y a pobladores del pueblo oaxaqueño que acudieron en auxilio de los profesores heridos.

De este triste y lamentable suceso hubo un saldo de 8 muertos y centenares de heridos; esto en un país supuestamente democrático jamás debería de haber pasado, sin embargo, la Guerra Sucia que libra esta nación – las masacres de Tlatelolco, Jueves de Corpus, Atenco, Acteal, Apatzingán…– amplía sus vías para que el tren de la desgracia hiciera una más de sus paradas en la estación “Nochixtlán 19 de junio, 2016” y que a propósito de la mención, el trailero lleva bordado “Autoritarismo” bordado en su viejo y arrugado uniforme.

Es evidente la crisis de derechos humanos que acarrea México; la vida se ubica en la cima de la jerarquía de prioridades y nuestro gobierno ha hecho nada por defenderla.

Por ende, la sociedad mexicana se ha visto obligada a salir a las calles y protestar, a alzar la voz de manera que puedan ser escuchados y tomados en cuenta, los maestros han hecho lo propio, no quieren ser títeres de nadie, tampoco abrasar una Reforma Educativa que así se los exigiría, tanto a ellos como a sus alumnos.

Disfrazar una reforma laboral y administrativa en educativa es taparle el ojo al macho, la solución está en los libros de papel –no en tabletas– que contengan la historia verídica del país y una formación de calidad, un proyecto pedagógico ambicioso a corto y largo plazo que forme ciudadanos reales y visionarios, que forme mexicanos.

Aunque en ocasiones me hagan llegar tarde y me provoquen desesperos en el tráfico, hoy estoy con los maestros y con quien tenga el valor de exigir que el gobierno mexicano rinda cuentas y nos de lo que necesitamos, o bien merecemos.

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