Desde hace 40 años, adorno mi altar con juguetes para mis hijos: Josefina Álvarez

Por: Yaritza Villalobos

Tarímbaro, Michoacán- Durante el siglo pasado, era muy común que las madres de familia perdieran un hijo o más, debido a que antes la ciencia y la medicina no estaban muy avanzadas, por lo tanto, las mujeres no estaban bien atendidas a lo largo de su embarazo. Tal es el caso, de Josefina Álvarez, una mujer de 63 años de edad, quien perdió un niño y una niña cuando tenía seis meses de embarazo, a causa de una incompatibilidad de su sangre con la de su esposo.

Desde hace 40 años, cuando murió su primer hijo, la señora Josefina adorna su altar para el día de muertos con juguetes. Al niño, le pone carritos, caballitos, mientras que, para la niña son muñecas, trastes y un reboso. Así como también, incluye en su ofrenda jugos, dulces y cualquier tipo de alimentos o dulces que ella considera les hubieran gustado a sus pequeños en vida.

El 1 de noviembre, mejor conocido como el Día de los Angelitos, ella no asiste al panteón a llevarles flores a su tumba, debido a una vieja historia que le contó a su vecina.

“Mi vecina, me dijo que no es bueno ir a llevarles flores al panteón el día primero y el día dos de noviembre, porque son días especiales para ellos, en los cuales Dios les da licencia de venir y visitarnos. Tenemos que estar en la casa para que ellos estén contentos con nosotros”, platicó Josefina Álvarez, en entrevista para la Agencia Informativa Cero:60.

Las ofrendas, se adornan con fotografías de los seres queridos que han fallecido, sin embargo, en aquel tiempo cuando ella perdió a sus hijos, no se tomaban muchas fotografías. Al no tener una foto y/o retrato de sus pequeños, es la razón por la cual ella incluye juguetes en su altar, para que ellos vengan y jueguen con ellos. De esta manera, ella logra sentirlos cerca de ella.

“Los siento cerca, porque a veces se siente como alguien anda detrás de nosotros y he visto como pasa una sombrita blanca por mi casa”, mencionó Josefina.

 

Cada año, la familia Cuevas Álvarez pone un altar en su casa, en el cual no sólo incluyen a sus dos pequeños, los acompañan sus bisabuelos maternos, su abuela materna y uno de sus cuñados. La ofrenda se adorna con fotografías, flor de cempasúchil, una veladora para cada uno de sus fieles difuntos, una cruz de cempasúchil, una imagen/ estatua religiosa, un incienso, y con alimentos/bebidas que les gustaban a sus seres queridos.

A pesar, que el 1 y 2 de noviembre, son fechas especiales para recordarlos, la familia siempre los tienen presentes en sus pensamientos y oraciones de cada noche.

 

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